lunes, 13 de julio de 2015

Sobre la crisis griega




La magia y el crédito

El dramático proceso de renegociación de la deuda griega me ha llevado a reflexionar sobre dos conceptos: la magia y el crédito.

La magia es la creencia de que basta con quererlo para que nuestro deseo se cumpla. Los niños pequeños viven en un mundo mágico y no son capaces de comprender como puede negárseles algo que ellos desean vehementemente. Puede que la señora Christine Lagarde tuviese este hecho en mente al reclamar hablar con adultos durante las negociaciones de FMI con las autoridades griegas. 

Parece que padecemos un zarpullido de magia. Estamos viendo como, los partidos populistas, hacen promesas incumplibles, porque se creen que se van a cumplir sus promesas por el mero hecho de hacérselas desear a un número suficientemente elevado de ciudadanos.

Habréis oído la historia del capataz de una cuadrilla que estaba reparando una carretera y les dice a los operarios: -“Esa piedra que está ahí en medio, empujadla hasta la cuneta y hacedla rodar por la pendiente”
Los cinco hombres se ponen a empujar la piedra sin resultado y dicen: -“No se puede”
-“Dejadme a mi”, les contesta el capataz, quien, ocupando su lugar, empuja la piedra hasta el borde de la carretera y la hace rodar, diciendo: -“!Lo veis!”
Uno de sus hombres contesta: -“Hombre, haciendo fuerza”.

Si al deseo no se le secunda con el esfuerzo, la mera magia no funciona. Los resultados requieren esfuerzos y viabilidad.

El crédito es tener quien se cree lo que prometes. Lo cual te permite, entre otras cosas, pedir prestado a cambio de la promesa de devolver el préstamo en las condiciones acordadas. Cuando nadie te cree, no tienes crédito. Devolver puntualmente las deudas es la forma más eficaz de ir creándose un crédito.

Cuando Kant analiza la metafísica de las costumbres en busca de reglas que orienten el comportamiento humano, considera que para ser feliz cabe orientarse por principios, reglas del comportamiento tomadas como mandatos o proecepta o por consejos empíricos o concilia. Como ejemplo de consejos pone al ahorro, la dieta y la cortesía.

Como principio de comportamiento, encuentra el imperativo categórico que enuncia como una regla de comportamiento de dice:

                        “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal” (Critica de la razón práctica. Cap II)

Como ilustración del principio, expone, en primer lugar, el caso del suicidio, concluyendo que si se generaliza sería contradictoria con el fomento de la vida y la supervivencia de la especie.

El segundo caso es el del pago de las deudas y dice así:

                        “Otro se ve apremiado por la necesidad a pedir dinero en préstamo: Bien sabe que no podrá pagar; pero sabe también que nadie le prestará nada como no prometa formalmente devolverlo en determinado tiempo. Siente deseos de hacer tal promesa; pero aún le queda conciencia bastante para preguntarse: ¿no está prohibido, no es contrario al deber salir de apuros de esta manera? Supongamos que decida, sin embargo, hacerlo. Su máxima de acción sería ésta: cuando me crea estar apurado de dinero, tomaré a préstamo y prometeré el pago, aun cuando sé que no lo voy a verificar nunca. Este principio del egoísmo o de la propia utilidad es quizá compatible con todo mi futuro  bienestar. Pero la cuestión ahora es ésta: ¿es ello lícito? Transformo, pues, la la exigencia del egoísmo en una ley universal y dispongo así la pregunta: ¿qué sucedería si mi máxima se tornase ley universal? Enseguida veo que no puede valer como ley natural universal, ni convenir consigo misma, sino que siempre ha de ser contradictoria. Pues la universalidad de una ley que diga que quien crea estar apurado puede prometer lo que se lo haría imposible la promesa misma y el fin que con ella pueda obtenerse, pues nadie creería que recibe una promesa y todos se reirían de tales manifestaciones como de un vano engaño.”

En definitiva, si nadie devuelve los préstamos que recibe, se acabaría con el crédito.

El mejor crédito es el de quien, habiendo recibido préstamos en anteriores ocasiones, los ha devuelto puntualmente en plazo y pagado los intereses acordados sin demora. Pedir nuevos préstamos quien declara que no piensa pagar los que ya debe es una declaración de insolvencia e insensatez. La buena gestión de un crédito corresponde tanto al dador como al tomador, quien ha de solicitarlo con anticipación, previsión, responsabilidad y cordura, no pidiendo menos de lo que va a necesitar ni más de lo que sabe que podrá devolver sin agobios. Meditando tanto el importe como el plazo y negociando los intereses y condiciones en la medida de sus fuerzas y disponibilidad de alternativas. Un buen préstamo debe autoamortizarse por los réditos de la inversión que ayuda a financiar.


Sobre el pago de intereses, durante la Edad Media, la Iglesia decretó la inmoralidad de cobrar intereses, tachando la acción de pecaminosa como usura. La postura eclesiástica se basaba en los escritos de Tomás de Aquino sobre el tema. Aquino, como buen aristotélico, se limitó a reproducir y glosar las tesis del maestro. Está en Aristóteles el germen de la prohibición medieval y la anatematización de los intereses, ya que el filósofo griego consideraba al dinero como medio de intercambio y medida del valor de las cosas. Consideraba evidente que si prestabas una vara de medir no podías pretender que te devolvieran otra vara 10% más larga; por lo que, si prestabas dinero para "medir" el valor de un bien, tampoco podías pedir que te devolvieran más dinero del prestado. El sabio eléata no conocía el concepto de lucro cesante, ni reconocía el derecho a retribuir el riesgo y la necesidad y justicia de compartir beneficios con inversores y prestamistas. El notable impulso y esplendor del Renacimiento vino de la mano de asumir, de hecho, el pagar intereses a banqueros y prestamistas. Comerciantes, Nobles, Reyes, Emperadores, Prelados y Papas se endeudaron sin escrúpulos en esa época para financiar barcos, castillos, palacios, guerras, iglesias y Capillas Sextinas para asolar unos y enrriquecer y embellecer Europa los otros.

El éxito de la Unión Europea consiste en haber constituido una amplia comunidad comunicativa, en el sentido de Habermas. Reunir un conjunto de países que se han comprometido a renunciar a la violencia para resolver sus conflictos mediante el dialogo permanente. Todas las crisis de la Unión Europea son producto de la falta de consenso, por la aptitud disidente de algún miembro que olvida el objetivo de buscar, entre todos y mediante el diálogo, el bien común, y busca imponer sus intereses a costa de los de los demás.

Frente a lo que muchos creen, la Unión Europea no es un club de mercaderes en busca de beneficios, es una alianza de naciones, cansadas de una historia milenaria de enfrentamientos, invasiones y devastación, que han conseguido asegurar toda una generación de paz y que están dispuestas a que siga. La prosperidad es fruto de la paz, el trabajo y la buena gestión. Lo primero es asegurar la paz.

Quienes dan prioridad a sus objetivos partidistas y nacionalistas, están corriendo el riesgo, no de arrastrar a sus países a la ruina, sino de hacer que todo un continente pueda volver a sufrir las iras de Marte.

10 comentarios:

Carlos del Ama dijo...

Tiene mucho sentido lo que dices. Como siempre con acierto.

Nos lo pintaron como el "milk man dilema de Paul Samuelson" cuando en realidad es un nuevo enfrentamiento político.

Como hemos visto en las sesiones del Parlamento Europeo - que aquí televisan - toda la izquierda esta detrás de Alexis Tsipras.

Los que lo han vivido como al de Latvia, esta horrorizada.

Joaquín

Carlos del Ama dijo...

Como es habitual, leerte es un auténtico placer.

Un fuerte abrazo,
Jose.

Renato dijo...

Querido Carlos, de la misma manera que hablas de la magia y el crédito, se podría hablar de la magia y la política, de la magia y la economía, de la magia y el estado.
Cada uno puede creer lo que quiera pero yo, y perdonadme mi franqueza porque lo digo sin ánimo de ofender a nadie, creo que la Unión Europea es una invención de mercaderes que entienden la violencia como acciones de guante blanco. Y la ejercen sin reparo.

Evidentemente el mundo puede ser concebido en lineas generales de dos maneras, la del reparto equitativo para eliminar carencias, y la del aprovechamiento de los recursos cada cual en su habilidad y el que venga detrás que arree.
En ambos casos el mundo va a funcionar y cada uno hablará de la feria según le va en ella.

La corrupción manipula el crédito. Es un factor añadido. Creemos en los que nos interesa creer por razones egoistas. Pedir prestado cuando no eres tu quien lo va a pagar no es ejercer tu crédito, es timar. Es obvio que el que reparte la tarta debería ser el último en elegir pedazo. Es obvio que el que fija el salario mínimo debería cobrar exactamente eso.

¿Que no es obvio?

Naturalmente que no, porque el mundo es concebido de dos maneras, el que manda lo concibe de una y el que obedece lo concibe de otra.

Mentiras.

Siempre nos movemos en mentiras, porque la magia es mentira.Y la magia es ese fluido que emana de nuestra alma tratando de superar la muerte.

Cada uno que piense lo que quiera y si le parece bien la usura de la Unión Europea, la valoración del dinero por encima de otro valor, el consumo desordenado como motor de la estabilidad económica apoyado en unos prestamos para luego inevitablemente recortar, porque estar en la Unión Europea impone un sistema de Deuda pues verá muy bien que los griegos paguen lo que algunos han hecho de Grecia. Pero no van a pagar todos, el corralito no va a llegar a algunos.

Y ya te digo, siempre habrá paradoctores que te querrán convencer de que Aquiles no alcanzará a la tortuga o de que los leñadores rescatarán a Caperucita y su abuela intactas o de que la Unión Europea tal y como está funcionando es lo mejor de lo mejor.

O de que los minijobs con minisalarios es la mejor solución.

Para algunos si lo será. Lo mejor será estar entre esos caballeros.

Saludos.

Renato dijo...

Una de las señales de identidad de la naturaleza humana es la de ennoblecer sus pulsiones egoístas. Atribuimos origen divino al poder (aunque eso va siendo sustituido por el menos glamuroso “pueblo”), a las máquinas de matar que llamamos guerras se las rodea de “Honor” y “Gloria” y a los sesgos sectarios de prevaricación y corrupción llana los llamamos, “justicia, méritos, o equilibrio”. Todo para olvidar que solo somos barro poco evolucionado.

Pero el equilibrio es imposible donde hay movimiento, por eso siempre tratamos de referirnos a “Sistemas Cerrados”. Vivimos en ellos, son las sociedades.

La Unión Europea es uno de ellos.

Algunos defienden que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Se basan para ello en los conflictos que se generan en las relaciones de producción diferenciando capital y trabajo.
Otros afirman que la historia de la humanidad es la historia del comercio, esta idea obvia la producción para determinarse más en el intercambio.

En todo caso, querido Carlos, volvemos a lo de antes, a lo de ahora y siempre: Información, comunicación, debate, materia inestable.

La “Unión” europea evoluciona del “Mercado” común. Es por tanto absurdo negar la consideración de “mercaderes evolucionados” a los que toman las decisiones en ella. Todas las decisiones que se han tomado desde su origen han estado orientadas a la “mejora” para “la libre” circulación de bienes y servicios. Bueno lo de “libre” es un eufemismo dadas las restricciones monetarias que se han impuesto y lo de “mejora” también adquiere un sesgo particular financiero.
La unidad política o ideológica (tema ni más difícil ni menos importante) se ha pospuesto siempre ante las indudables dificultades, quizá por ser de menor interés para el poder “de hecho”.

Bien es verdad que a ningún país se le ha obligado a ingresar en ella, pero la decisión del ingreso ha sido tomada por la oligarquía política “de libre empresa” de las mismas, en muy pocos casos tras un referéndum y en ese caso siempre tras una campaña intoxicada por quien tiene el poder que es quien maneja los medios de comunicación.

Yo estuve en Grecia muy poco tiempo después de que ingresara en el “Mercado común” (permíteme esta licencia) y la mayoría de los griegos con los que conversé, (gente trabajadora que no pertenecía a ninguna élite), tenía miedo y estaba desconcertada. No lo veía claro. Algunos hablaban de una “cárcel de oro”. Bueno pues la cárcel ha resultado un cepo y el oro un cutre baño dorado para la mayoría delos griegos.

Pero sus clases políticas, los gobiernos, (incluido por supuesto el actual), sacan pecho y presumen de lo que no tienen: honestidad y respeto por su pueblo. Vendidos a la globalización económico financiera.

Y hablamos de esta terrible y cruel crisis griega como si el mundo fuera homogéneo y todos estuviéramos de acuerdo en que eso de que el suicidio, o el aborto, o sacar el coche para ir al trabajo, o irse de vacaciones el mismo mes, o hacerse cura, o comer lentejas es malo, precisamente porque si lo hiciéramos todos el mundo se iría al traste.

Cada cual habla de la feria según le va en ella y unos son solidarios y otros exclusivos.

Volvemos a lo mismo: Información, comunicación, debate, entropía.

Así que como decía Antón Pirulero golpeándose con el índice los labios : “Cada cual que atienda su juego” o le tocará pagar prenda.

¿Unión Europea?, Bah, paparruchas.

Abrazos.

Carlos del Ama dijo...

Amigo Carlos: Tus comentarios me vienen como anillo al dedo porque, desde que empezó todo esto, he pensado varias veces, que me gustaría que estuvieramos juntos para conocer tu opinión

Hace tiempo que leí esta historia

Durante la guerra Franco-Prusiana y tras una exitosa batalla, Federico el Grande quiso premiar al "heroe del día" , dándole a elegir entre una bolsa con monedas o una condecoración. El soldado tomó las monedas, por lo que el sorprendido monarca dijo " Siempre pensé que un militar preferiría los honores al dinero" a lo que el joven respondió "SEÑOR PAGANDO MIS DEUDAS RECUPERO MI HONOR"

He intentado publicarlo en los comentarios pero el sistema no me ha dejado (estoy en el pueblo y mi acceso a internet es a través de la tablet, con sus limitaciones)


Alberto

Carlos del Ama dijo...

La libertad del liberalismo facilita la utilización de la capacidad de cada uno y estimula el esfuerzo personal, pero genera desigualdad.

La igualdad del socialismo restringe la libertad y desmotiva el esfuerzo personal

La clave está en fomentar la fraternidad

Carlos del Ama dijo...

Como todo lo que escribes, eres un "piquito de oro" al correccional dos palabras muy serias, magia y crédito con la situación actual de Grecia ante los otros países de la UE. Posiblemente hubo un ligero despiste al abrirles al € sin comprobar sí Grecia podía mantenerse ahí.

Pero el gran problema para mi que existe en España siguiendo "los pasos" de nuestros socios de la UE, es la pérdida acelerada de valores de todos los tipos ....; en el caso de España, resulta muy interesante recordar el comunicado, que adjunto, del Arzobispo de Toledo y Primado de España, D. Marcelo Gzlez. emitió apuntando "agujeros" que podrían acabar siendo "socavones" en la Constitución que se iba a votar en 1978, y que en realidad desgraciadamente D. Marcelo acertó.

Por este comunicado de Don Marcelo, y porque creyendo que el hombre siempre debe estar considerado "portador de valores eternos" así ello no estaba reflejada, muchos votamos NO a la Constitución de 1978.

También conviene recordar aquí, como veía San Pablo a la decadente sociedad romana en su Primera Carta a los Romanos (26-32): "...por lo cual los entrego Dios a las pasiones vergonzosas, pues las mujeres mudaron el uso natural en uso contra la naturaleza e igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, .... Y como no procuraron conocer a Dios, Dios les entrego a su reprobó sentir, que les llevó a cometer torpezas, dados al homicidio, a contiendas, a engaños, a malignidad, chismosos o calumniadores, abominadores de Dios, ultrajadores, orgullosos, fanfarrones, inventores de maldades, rebeldes a los padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, ..."

QUE PARALELISMOS,!!!. Esperemos que Europa y España no acaben como Roma con los bárbaros.

Andrés

Renato dijo...

A mi me enamora hablar del cristianismo y compararlo con la evolución del catolicismo, quizá la religión menos cristiana de todas. Porque en el mensaje de Cristo no hay abstractos: "Venid benditos de mi padre porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estuve desnudo ..."
Cuando le preguntaron por "el prójimo" lo tuvo claro y puso el ejemplo de un "samaritano" con lo que eso representaba.
Cuando deseó la amistad de un hombre rico le pidió que dejara sus riquezas y le siguiera, y al no hacerlo éste se entristeció.

No le gustaban los fariseos.

Pero Grecia es un abstracto, no deberíamos mezclar churras con merinas. Yo pienso en ese jubilado griego ya anciano y débil, que va a tener que ser el sostén de sus hijos y nietos sin poder hacerlo y me estremezco de la falta de sensibilidad (ya de Caridad ni hablemos) de los que consideran a "los improductivos" como objetos colaterales prescindibles según las reglas del juego. Un juego del que los se dicentes cristianos que lo practican deberían precisar que valores cristianos tiene.

También me desconcierta ver como mas allá de Grecia, los también prójimos del África negra son sistemáticamente explotados por los árbitros de ese "Juego" y olvidados por los que saben con certeza cuales son los valores eternos. ( Como si se tuviera conocimiento de lo que es la eternidad mas allá de pensar en esa hormiguita que da una vuelta a la bola de acero cada mil años)

Y si se trata de discutir si el liberalismo es mejor que el socialismo o el socialismo mejor que el liberalismo, cada cual a su gusto, y pensamos que eso nos justifica, poco valor humano tiene la humanidad.
Lo que está pasando en Grecia, ya ha creado dolor y va a crear mucho mas en muchísimos griegos. Los que piensan que ese dolor se compensa con la mejora comercial de los que piensan como ellos pueden dormir tranquilos y hasta orgullosos.

Y citar a Pablo de Tarso que por cierto era de una colonia Greco-Romana.

Bendito sea Dios.

Renato dijo...

Querido Alberto, nunca me gustó esa frase de Pedro Crespo en la que al mismo tiempo que se pontificaba que el Honor era patrimonio del Alma y esta solo pertenecía a Dios, se identificaba el honor con el culo y las tetas de las damas de la familia. La ecuación conducía a una visión mas bien satírica del creador.

Pero las cosas van evolucionando y no son eternas (como los valores) y el honor parece que ahora se vincula a pagar las deudas. La nueva ecuación conduce a una visión comercial de un Dios fenicio.

No se si me gusta el cambio.

Abrazos.

Renato dijo...

Querido Carlos, no paro de darle vueltas.

Crédito. Magia. Fe.

El Crédito es creer en el otro. No se por qué siempre termina relacionado con el dinero. Pero así es.

Quizá entre los consejos de Kant también estuviera vinculado al crédito el cumplir las promesas que se hacen. Pero eso parece que tiene menos importancia para muchos.

En toda promesa que se hace y no se cumple hay falacia. O bien no se han evaluado bien las condiciones para cumplirlas o bien se ha mentido descaradamente. En todo caso debería llevar acarreado la perdida total del crédito en esa persona o institución.
En el caso de prometer para alcanzar el gobierno también hay deuda y dinero. Te piden la confianza (crédito) para administrar tu dinero y te prometen administrarlo de una determinada manera y una vez conseguido se hace todo lo contrario. Pero el crédito se mantiene. ¿Por qué?

Explicaciones no faltan, como dijo el torero, lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Pero son explicaciones a posteriori y con el engaño ya perpetrado.

Pero a mi me gustaría saber y que se me explicara sencillito por qué se está tan dispuesto a mantener el crédito en quien promete y no cumple y sube impuestos, y recorta en educación y sanidad y congela las pensiones y rescata bancos y protege la corrupción y manipula los datos para negar evidencias, y por el contrario se miserabiliza y sataniza al que no puede pagar sus deudas.

¡Que me lo explique quien lo sepa, por favor!

Acaso ¿no es populismo prometer al pueblo lo que no se va a cumplir?. O solo hay un populismo en política y lo hacen los otros.

La deuda española sigue aumentando.Consumimos mas de lo que producimos pero algunos siguen extrayendo el plusvalor de las perdidas de forma privada con el apoyo de lo público. El resultado es que si nos cortan el grifo del dinero nos hundimos. Al final, como pasa en Grecia los intereses de la deuda serán impagables por los españoles que trabajan y dejan la plusvalía en manos de los amiguetes de los que prometen administrar bien nuestro trabajo que es nuestra riqueza.
Al final nos convencen de que los que se abstienen y no votan (moi même) son los culpables. (Aquí de nuevo usemos a Kant. Si en las próximas elecciones todos nos abstuviesemos y ninguno votara ¿Sería el fin del mundo?)

Como siempre el pueblo siempre se equivoca.

Menos mal que algunos tiene un crédito eterno basado en su respeto a los valores eternos, o sea los financieros.

Abrazos estivales.